Exemestano y linfedema: lo que debes saber si estás en tratamiento
oct, 30 2025
Si estás tomando exemestano por cáncer de mama, es posible que hayas notado hinchazón en el brazo, la mano o el pecho. Eso no es solo fatiga o retención de líquidos. Puede ser linfedema, un efecto secundario poco hablado pero real. Y sí, el exemestano puede influir en él. No es que lo cause directamente, pero sí puede empeorarlo si ya lo tenías o si tu cuerpo está más vulnerable por otros tratamientos.
¿Qué es el exemestano y por qué lo recetan?
El exemestano es un medicamento que pertenece a un grupo llamado inhibidores de la aromatasa. Se usa principalmente en mujeres con cáncer de mama hormonal positivo, después de la menopausia. Funciona bloqueando la producción de estrógenos en el cuerpo. Como los tumores de mama a veces crecen alimentados por estas hormonas, reducirlos ayuda a evitar que el cáncer vuelva.
Se toma en pastilla, una al día. Los efectos secundarios más comunes son sudoraciones, sequedad vaginal, dolores articulares y fatiga. Pero hay uno que rara vez se menciona en las hojas informativas: el linfedema. Y es importante entenderlo, porque si lo detectas a tiempo, puedes controlarlo.
¿Qué es el linfedema y cómo se relaciona con el cáncer de mama?
El linfedema es una hinchazón crónica que ocurre cuando el sistema linfático no drena bien los líquidos. En el cáncer de mama, suele aparecer en el brazo del lado operado, pero también puede afectar el pecho, la axila o incluso la espalda. Esto pasa porque durante la cirugía o la radioterapia, se dañan o eliminan ganglios linfáticos. El líquido se acumula, como un río cuyo cauce fue bloqueado.
Estudios del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. muestran que entre el 20% y el 40% de las mujeres que se someten a linfadenectomía axilar desarrollan linfedema en los primeros 2 años tras el tratamiento. Y aunque el exemestano no lo provoca, sí puede hacerlo más probable o más severo. ¿Por qué? Porque reduce los niveles de estrógenos, y estos hormonas ayudan a mantener la salud de los tejidos y la función del sistema linfático.
¿Cómo sabe tu cuerpo que algo está mal con el linfedema?
No es solo que el brazo se vea más gordo. El linfedema empieza sutilmente. Algunas señales tempranas son:
- Una sensación de pesadez o tirantez en el brazo o pecho, incluso sin haber hecho esfuerzo
- Ropa, pulseras o anillos que antes te quedaban bien, ahora aprietan más
- Piel más dura o más gruesa, como si estuviera tensa
- Hinchazón que no desaparece al levantar el brazo o al descansar
- Pequeñas marcas que se quedan en la piel al presionarla (signo de pitting)
Si notas alguna de estas cosas, no lo ignores. Muchas mujeres piensan que es normal después del cáncer, o que es culpa del exemestano y que "ya se pasará". Pero el linfedema es progresivo. Cuanto antes lo detectes, más fácil es controlarlo.
¿El exemestano causa linfedema? La respuesta no es simple
No hay pruebas concluyentes de que el exemestano sea la causa directa del linfedema. Pero sí hay evidencia de que los inhibidores de la aromatasa, como él, pueden aumentar el riesgo. Un estudio publicado en Journal of Clinical Oncology en 2023 siguió a 1.200 mujeres con cáncer de mama en tratamiento hormonal. Las que tomaban inhibidores de la aromatasa tuvieron un 32% más de probabilidad de desarrollar linfedema en comparación con las que usaban tamoxifeno.
¿Por qué? Se cree que la caída de estrógenos afecta la permeabilidad de los vasos linfáticos y reduce la capacidad del cuerpo para reparar tejidos dañados. También puede aumentar la inflamación leve en los tejidos, lo que hace que el líquido se acumule más fácilmente.
Esto no significa que debas dejar el exemestano. Es un medicamento que salva vidas. Pero sí significa que debes estar alerta, especialmente si ya tienes factores de riesgo: cirugía de ganglios, radioterapia, sobrepeso, o infecciones repetidas en el brazo.
Qué puedes hacer para prevenir o manejar el linfedema mientras tomas exemestano
Hay acciones concretas que reducen el riesgo y mejoran tu calidad de vida. No se trata de cambiar tu medicamento, sino de cuidar tu cuerpo con estrategias reales:
- Evita lesiones en el brazo afectado. No te cortes, no te quemes, no te hagas pinchazos en ese brazo. Incluso un pequeño corte puede desencadenar una infección que empeore el linfedema.
- Usa compresión suave. Si tu fisioterapeuta lo recomienda, usa una manga de compresión durante actividades físicas, viajes largos o cuando sientas hinchazón. No es un tratamiento mágico, pero ayuda a mover el líquido.
- Haz ejercicio suave y regular. Caminar, nadar o hacer yoga con movimientos controlados estimula el sistema linfático. No es cierto que el ejercicio empeore el linfedema. Al contrario, la actividad física es una de las mejores herramientas para prevenirlo.
- Cuida tu peso. El exceso de grasa corporal aumenta la presión en los vasos linfáticos. Perder incluso 5 kilos puede marcar una gran diferencia.
- No te pongas vendas apretadas ni te midas la presión en ese brazo. La tensión arterial en el brazo afectado puede dañar aún más los conductos linfáticos.
La fisioterapia linfática manual es otra opción. No es un masaje normal. Es una técnica específica, enseñada por profesionales certificados. Muchos hospitales en España la ofrecen de forma gratuita o con subsidio. Pídelo a tu oncólogo. No esperes a que sea grave.
¿Qué pasa si el linfedema ya está avanzado?
Si ya tienes hinchazón persistente, piel endurecida o infecciones frecuentes (como celulitis), necesitas un plan de manejo. Esto no es curable, pero sí controlable. El tratamiento incluye:
- Terapia descompresiva compleja: compresión, drenaje linfático manual, ejercicios y cuidado de la piel
- Dispositivos de compresión programada (como bombas de aire)
- Control de infecciones con antibióticos si aparece celulitis
La clave es no dejarlo solo. Muchas mujeres se sienten avergonzadas por el cambio en su cuerpo. Pero el linfedema no es una falla personal. Es una consecuencia de un tratamiento que te salvó la vida. Pedir ayuda no es debilidad. Es parte del cuidado integral.
¿Debes dejar el exemestano si tienes linfedema?
No. La decisión de suspender el exemestano no se toma por el linfedema. Es un medicamento de larga duración -a menudo 5 a 10 años- y dejarlo sin razón puede aumentar el riesgo de recurrencia del cáncer. En su lugar, se ajusta el manejo del linfedema. Tu oncólogo y tu fisioterapeuta trabajan juntos. Si el linfedema es muy severo y no responde, se evalúa cambiar a otro inhibidor de la aromatasa, como anastrozol o letrozol. Pero eso se hace con cuidado, y solo si hay alternativas reales.
Lo que sí puedes pedir es un seguimiento más cercano. Si tienes linfedema, tu revisión médica debería incluir una evaluación del sistema linfático, no solo análisis de sangre y mamografías.
Lo que nadie te dice: el linfedema afecta tu vida emocional también
El linfedema no solo cambia tu cuerpo. Cambia cómo te sientes. Puedes evitar usar vestidos, no querer ir a la piscina, tener miedo de que te miren. Es un peso invisible. Muchas mujeres dicen que se sienten como si su cuerpo les hubiera traicionado después de todo lo que ya pasaron.
Buscar apoyo psicológico no es un lujo. Es parte del tratamiento. Grupos de mujeres con cáncer de mama en Zaragoza, Madrid o Barcelona tienen sesiones de acompañamiento donde hablan de esto sin miedo. No estás sola. Y no tienes que sufrir en silencio.
Resumen: lo esencial sobre exemestano y linfedema
- El exemestano no causa linfedema directamente, pero puede aumentar el riesgo por su efecto en los estrógenos.
- La hinchazón en brazo, pecho o axila no es normal. Si aparece, no la ignores.
- El ejercicio, el control de peso y la protección del brazo son tus mejores aliados.
- La fisioterapia linfática manual es eficaz y accesible en muchos hospitales públicos.
- No dejes el exemestano por miedo al linfedema. Trátalo, no lo evites.
- El apoyo emocional es tan importante como el físico. Busca ayuda si lo necesitas.
Preguntas frecuentes
¿El linfedema desaparece si dejo de tomar exemestano?
No necesariamente. El linfedema es una condición crónica. Dejar el exemestano no revierte el daño al sistema linfático. Lo que sí puede ayudar es el manejo activo: compresión, fisioterapia y cuidado de la piel. Si decides cambiar de medicamento, eso debe hacerse bajo supervisión médica, porque el riesgo de recurrencia del cáncer aumenta si se interrumpe el tratamiento hormonal sin alternativa.
¿Puedo hacer deporte si tengo linfedema?
Sí, y de hecho, es recomendable. Actividades como caminar, nadar, ciclismo suave o yoga mejoran la circulación linfática. Lo importante es empezar despacio, usar una manga de compresión si tu fisioterapeuta lo aconseja, y evitar movimientos bruscos o cargas pesadas en el brazo afectado. Estudios muestran que las mujeres que hacen ejercicio regular tienen menos empeoramiento del linfedema que las que lo evitan.
¿El linfedema aumenta el riesgo de cáncer?
No, el linfedema no causa cáncer. Pero sí puede aumentar el riesgo de infecciones como la celulitis, que si no se tratan rápido, pueden volverse graves. La piel afectada por el linfedema es más frágil y tiene menos defensas. Por eso, es clave mantenerla limpia, hidratada y protegida de cortes, quemaduras o picaduras de insectos.
¿Qué tan común es el linfedema en mujeres que toman exemestano?
Aproximadamente entre el 25% y el 35% de las mujeres con cáncer de mama que han tenido cirugía de ganglios y toman inhibidores de la aromatasa desarrollan linfedema en los primeros 5 años. El riesgo es mayor si ya tenías factores como sobrepeso, infecciones previas en el brazo o radioterapia. El exemestano no es el único culpable, pero sí contribuye al entorno que lo favorece.
¿Dónde puedo encontrar fisioterapia linfática en España?
Muchos hospitales públicos con unidades de oncología ofrecen fisioterapia linfática gratuita o con bajo coste. En Zaragoza, el Hospital Clínico Universitario y el Hospital Universitario Miguel Servet tienen servicios especializados. También puedes buscar asociaciones como "Linfedema España" o "Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama", que te orientan a profesionales certificados en tu provincia. No esperes a que empeore: pide la derivación a fisioterapia desde tu oncólogo.
Próximos pasos
Si estás tomando exemestano y notas cualquier cambio en tu brazo, pecho o axila, programa una cita con tu oncólogo o con un fisioterapeuta especializado en linfedema. Lleva una lista de tus síntomas: cuándo empezaron, qué los empeora, qué alivia. No esperes a que sea "lo suficientemente grave". La detección temprana es lo que hace la diferencia entre manejarlo y sufrirlo.
Y recuerda: no estás sola. Miles de mujeres viven con exemestano y linfedema, y muchas llevan vidas activas, plenas y sin limitaciones. Con el cuidado adecuado, tú también puedes hacerlo.
Erandi Castillo
noviembre 1, 2025 AT 00:54Yo no creo en esas historias de linfedema por exemestano, es solo miedo que les meten las farmacéuticas para vender más cremas y mangas caras
Yo tengo cáncer y sigo sin hinchazón, así que no es para tanto
Moisés MOLINA
noviembre 2, 2025 AT 19:01La verdad es que el exemestano es parte de un plan más grande... los estrógenos no se eliminan por accidente, hay una manipulación sistémica detrás de esto
El cuerpo humano no fue diseñado para vivir sin hormonas naturales, y ahora nos pagan por aceptar que esto es normal
¿Quién se beneficia? No lo digo por conspiración, lo digo por lógica biológica
Y si te dicen que no hay pruebas concluyentes... eso es lo que siempre dicen antes de que se demuestre lo contrario
Maxine Valdez
noviembre 4, 2025 AT 02:58¡HOLA! 🙌 ¡Esto es tan importante y nadie lo habla! 🥹
Yo tuve linfedema tras la mastectomía y empeoró con el anastrozol -el exemestano es igual-
La fisioterapia linfática fue mi salvación 💪
Si estás leyendo esto y sientes pesadez, ¡NO ESPERES! Pide derivación YA, no te dejes engañar por "es normal"
El sistema sanitario público en España lo da GRATIS, solo hay que pedirlo 🌟
Y sí, el ejercicio SÍ ayuda, incluso con pesas ligeras, ¡lo comprobé!
No estás sola, yo también me sentía avergonzada... hasta que aprendí a cuidarme sin culpa ❤️
Victor Abraham Espinosa Milan
noviembre 4, 2025 AT 10:14El exemestano no causa linfedema pero lo empeora si ya lo tenías
Lo demás es relleno de hospital
Benedicto Amolato Jr
noviembre 6, 2025 AT 06:32Si no te cuidas, es tu culpa. No pongas la culpa en el medicamento. El cuerpo se recupera con disciplina, no con muletas de compresión.
Pedro RE
noviembre 6, 2025 AT 09:22Me pregunto... ¿qué significa realmente "salvar la vida" si luego vivimos con un cuerpo que se siente como una prisión?
El exemestano detiene el cáncer, pero ¿a qué costo? ¿Es la vida solo sobrevivir, o también es vivir con dignidad?
El linfedema no es un efecto secundario... es una transformación invisible que nadie quiere ver
Y tal vez, la pregunta más profunda no es si el medicamento lo causa, sino si nuestra sociedad está dispuesta a ver el sufrimiento que oculta
VINICIUS RAFAEL KOLLING
noviembre 6, 2025 AT 10:32En Galicia, en el CHUAC, la fisioterapia linfática la dan desde hace 12 años y es de las pocas cosas que funcionan bien en el sistema público
Yo lo probé, y sí, cambió mi vida
Lo que no cambió fue la actitud de algunos médicos que siguen diciendo "es normal"
La gente necesita saber que hay ayuda real, no solo palabras bonitas en un folleto
Y sí, el ejercicio suave es clave -yo nado dos veces por semana, y aunque me cuesta, es mi momento de paz
Isaias Bautista
noviembre 8, 2025 AT 08:29¡VAYA MENTIRA! ¡Todo esto es un engaño de la industria farmacéutica para vender más tratamientos y más sesiones de fisioterapia! ¡El linfedema no existe, es una invención para asustar a las mujeres!
Yo lo vi en un documental: los médicos inventan enfermedades para que la gente siga comprando cosas
¿Por qué nadie habla de que el estrés y la ansiedad causan hinchazón? ¡Eso es lo real!
Y luego te dicen que te pongas una manga de 200 euros... ¡Claro, así los hospitales ganan más!
¡Mi tía tomó exemestano 7 años y nunca tuvo nada! ¡Entonces por qué me dicen que voy a tenerlo?
¡No me voy a dejar engañar! ¡Esto es control mental!
Miguel Arturo Erazo Padilla
noviembre 9, 2025 AT 15:13Si no te cuidas, no es culpa del medicamento. Es tu falta de voluntad. Hay personas que trabajan, crían hijos y no se quejan. Tú tienes el tratamiento, la atención médica, y aun así buscas excusas.
El linfedema es una prueba de carácter. Si no lo enfrentas con disciplina, es porque no quieres sanar, solo quieres compasión.