Inhalador: todo lo que necesitas saber para usarlo bien

Si tienes asma, EPOC u otra afección respiratoria, es muy probable que tu día a día incluya un inhalador. Pero ¿sabías que usarlo de forma incorrecta puede reducir su eficacia? Aquí te explicamos de forma sencilla los diferentes tipos, cómo usarlos correctamente y los trucos para mantenerlos limpios y funcionales.

Tipos de inhaladores y sus diferencias

En el mercado existen tres grupos principales:

  • Inhalador de dosis medida (MDI): libera un spray de medicamento en forma de aerosol. Necesita una técnica de coordinación entre la inhalación y la pulsación.
  • Inhalador de polvo seco (DPI): el polvo se activa al inhalar con fuerza. No hay spray, por lo que la coordinación es menos crítica, pero se requiere una inhalación profunda.
  • Inhalador de niebla suave (SMI): produce una nube fina y lenta que llega más lejos en los pulmones. Es útil para personas con dificultad para generar una inhalación fuerte.

El médico suele recomendar el tipo que mejor se adapta a tu capacidad respiratoria y a tu rutina. Pregunta siempre cuál es el más adecuado para ti.

Cómo usar y mantener tu inhalador

Pasos básicos para un inhalador de dosis medida:

  1. Sacude bien el dispositivo durante 5‑10 segundos.
  2. Exhala completamente, dejando los pulmones vacíos.
  3. Coloca el boquilla entre los labios, cierra la boca y mantén la lengua fuera del orificio.
  4. Presiona el inhalador mientras inicias una inhalación lenta y profunda.
  5. Retén la respiración 5‑10 segundos y exhala suavemente.

Si usas un inhalador de polvo seco, el paso de sacudir desaparece, pero debes inhalar con más fuerza y mantener la boquilla bien seca.

Errores frecuentes que reducen la dosis incluyen no sacudir el MDI, inhalar demasiado rápido o olvidar retener la respiración. Un pequeño video en la caja del medicamento suele mostrar la técnica correcta; míralo si tienes dudas.

En cuanto al mantenimiento, sigue estas reglas:

  • Limpia la boquilla con un paño húmedo una vez a la semana. Evita usar detergentes fuertes.
  • No introduzcas la boquilla en la boca más de lo necesario; evita contaminaciones.
  • Guarda el inhalador en un lugar seco y a temperatura ambiente. No lo expongas al calor excesivo ni a la humedad.
  • Revisa la fecha de caducidad y el contador de dosis (si tiene). Cuando el número indique que se acabó, reemplázalo sin demora.

Si eres padre o madre, adapta la técnica a los niños:

  • Usa un espaciador con el MDI; facilita la coordinación y reduce la caída del spray en la boca.
  • Haz que el niño practique la inhalación con un juguete que haga ruido al soplar, para que entienda la fuerza necesaria.

Recuerda que la constancia y la correcta técnica son la clave para controlar los síntomas. Si después de varias semanas notas que el alivio es insuficiente, vuelve al médico; a veces basta con ajustar la dosis o cambiar de tipo de inhalador.

En resumen, conocer tu inhalador, practicar la técnica y mantener el dispositivo limpio te ayudarán a sacarle el máximo provecho. Sigue estos consejos y respira con más tranquilidad cada día.

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