Metabolismo: Qué es y cómo mejorarlo

¿Alguna vez te has preguntado por qué unas personas parecen quemar calorías sin esfuerzo y tú te quedas sin energía al final del día? Todo gira en torno al metabolismo, el motor interno que transforma lo que comes en energía. En esta guía vamos a desmenuzar el tema y darte pasos reales para que tu cuerpo funcione mejor.

Factores que afectan tu metabolismo

Tu metabolismo no es una cifra fija; depende de varios elementos. Primero, la genética establece una base, pero no es el dictador final. La edad también cuenta: a medida que envejecemos, la masa muscular tiende a disminuir y, con ella, la velocidad a la que quemamos calorías. El sexo influye, ya que los hombres suelen tener más músculo y, por tanto, un ritmo metabólico superior.

El estilo de vida es el factor que más puedes controlar. El sueño insuficiente desacelera el metabolismo y sube hormonas que aumentan el apetito. El estrés crónico libera cortisol, que favorece el almacenamiento de grasa. Por último, la alimentación y el nivel de actividad física pueden acelerar o frenar tu motor interno.

Acciones prácticas para acelerar tu metabolismo

1. Prioriza la proteína. Cada comida con proteína (huevos, pescado, legumbres) genera un mayor efecto térmico, lo que significa que quemas más calorías al digerirla. Incluye una porción en cada plato.

2. Entrena con fuerza. Levantar pesas o usar tu propio peso corporal (sentadillas, flexiones) aumenta la masa muscular y, con ella, la tasa metabólica basal. No necesitas pasar horas en el gimnasio; basta con dos sesiones semanales de 30 minutos.

3. Muévete durante el día. Pequeñas caminatas, subir escaleras o estirarte cada hora suman calorías quemadas y evitan que el cuerpo entre en modo ahorro.

4. Duerme de 7 a 9 horas. Un sueño reparador regula hormonas como la leptina y la grelina, que controlan el hambre y la saciedad. Apaga pantallas al menos una hora antes de acostarte y crea una rutina relajante.

5. Hidrátate. El agua fría estimula el metabolismo porque el cuerpo necesita energía para calentarla. Beber al menos 1,5 litros al día también ayuda a que el proceso digestivo sea más eficiente.

6. Considera suplementos con evidencia. La cafeína y el té verde tienen componentes que modestamente aumentan la quema de grasa. No son milagros, pero pueden dar un empujón si los combinas con los hábitos anteriores.

Recuerda que no hay atajos mágicos. Lo que sí funciona es la constancia: pequeñas mejoras diarias se acumulan y hacen que tu metabolismo trabaje a tu favor. Prueba a incorporar uno o dos de estos puntos esta semana y ve cómo cambian tus niveles de energía y tu apetito. Con el tiempo, notarás que quemas más sin sentirte hambriento y que mantener el peso se vuelve más sencillo.

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